El estudio es un rasgo peculiar de la espiritualidad dominicana. El lema de la Orden „Contemplare et contemplata aliis tradere” (contempar y transmitir la Verdad contemplada) expresa como comprendemos el estudio y su objetivo.
Primero – comprendemos el estudio como la contemplación, es decir no tanto tener cada vez más saber sino profundizarlo. Aunque para profundizar, primero hay que tenerlo.
Por eso en el noviciado hay conferencias sobre la Sagrada Escritura, la dogmática, la vida interior, la litúrgica, la misiología, la vida dominicana, la historia de la Congregación, el canto, las Constituciones de nuestra Congregación, la herencia del Padre Fundador.
Segundo- no estudiamos para estiudiar, sino que estudiamos para poder predicar allí dónde sermos enviadas.
Por eso además de un fuerte fundamento de las Verdades Reveladas y la enseñanza de la Iglesia, debemos „estudiar el mundo” y leer los signos del tiempo, para saber que problemas enfrentaremos cuando vayamos con la Buena Noticia a las personas o grupos concretos. El estudio no debe limitarse a estudiar cada vez nuevos libros, sino que debe unirse estrechamente con una fascinación para que lo que proclamemos se haga atrayente. Precisamente del estudio viene la pasión de predicar, tan propia a Santo Domingo.
¿Para que predicamos?
Para que la gente conociendo la Verdad llegue a la salvación.