”La Congregación basa su espiritualidad en la tradición doctrinal y apostólica de la Orden de Predicadores… La conexión de la actitud contemplativa con el apostolado es el rasgo peculiar de nuestra espiritualidad”.
(de Las Constituciones de la Congregación)
La misión de la Orden de Santo Domingo, a que pertenece nuestra Congregación, consiste en predicar la Palabra de Dios a todos, por todas partes, por todos los medios.
La predicación- el afán apostólico motivado por el celo por la salvación de los hombres- viene de la contemplación de Dios, de buscar la Verdad.
De ahí que nuestra espiritualidad sea formada por:
- la vida según los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia
- la oración, especialmente la liturgia
- el estudio de la Sagrada Escritura y la enseñanza de la Iglesia
- la entrega a disposición de la Iglesia a través del trabajo apostólico
- la vida en comunidad
Para cada Hermana, la vida en nuestra Congregación, ante todo, es el camino a la unión con Jesús, a la santidad.
La tarea particular para la cual fue fundada nuestra comunidad conventual es :”el trabajo misionero entre los gentiles y en Rusia así como hacer comprender la necesidad de este trabajo en nuestro país” (de las Constituciones), es decir la animación misionera.
Cada hermana sirve a este llamamiento a través de la oración, la penitencia y un trabajo abnegado en los terrenos misioneros o en el país.
Nuestros Guías y Patronos son:
- la Virgen Dolorosa cuya actitud nos enseña como unirnos a la obra de la Redención
- San José que es nuestro modelo de como unir la oración y el trabajo
- Santo Domingo que nos enseña como buscar a Dios y llevarlo a cada persona
- Santo Tomás de Aquino que estudiaba la Verdad de rodillas
- Santa Catalina de Siena que nos enseña como amar a la Iglesia
- San Jacinto, misionero incansable